El Estrés y la Aceptación
Nadie quiere el estrés pero todos los sufrimos muy a menudo. ¿Por qué? ¿Qué podemos hacer para librarnos del estrés? ¿Por qué nos afecta tan negativamente?
El estrés surge cuando nos
enfrentamos a situaciones difíciles de llevar a cabo. Es un mecanismo biológico
que estimula nuestro cuerpo para que afronte una situación de forma más eficaz,
obteniendo de esa manera mejores resultados. Por ejemplo, si vemos que un león
nos persigue, nuestro cerebro pondrá en marcha el estrés para hacernos correr
más rápido de lo normal. De hecho, se puede comparar al estrés con el dopaje en
el deporte. En nuestro caso, el cerebro dopa al cuerpo para hacerlo más
eficiente.
Hasta aquí el estrés parece
algo bueno para nosotros, y realmente así lo es. Pero cuando abusamos de él
continuamente, a nuestro organismo no le da tiempo a recuperarse de ese trabajo
extra que le supone el estrés. Pensemos que en esas situaciones el cuerpo
trabaja por encima de lo normal, y ello le produce un gran desgaste.
Podemos compararlo con la
conducción de un vehículo. Si conducimos bruscamente el vehículo, este sufrirá
mayor desgaste que si lo conducimos de forma tranquila.
El desgaste excesivo del
cuerpo provoca los síntomas habituales del estrés que tanto nos hacen sufrir, y
que pueden dar origen a todo tipo de enfermedades, como ya sabemos.
Una vez conocido que es el
estrés y por qué nos afecta tan negativamente, nos queda encontrar la forma de
librarnos de él. Para empezar pensaremos cuales son las situaciones más
habituales que nos provocan estrés en nuestra vida cotidiana, y haremos una
lista con ellas.
Pronto nos daremos cuenta
que todas estas situaciones estresantes se deben a la falta de algún recurso,
generalmente tiempo y dinero. Las prisas por falta de tiempo nos generan
muchísimo estrés, porque nuestro cuerpo quiere ir más rápido de lo que puede.
La falta de recurso económicos nos genera estrés porque nuestro cuerpo quiere
encontrar una solución para obtener algo que queremos (un producto o servicio),
o para pagar algo que deseamos y obtuvimos anteriormente, y pactamos pagarlo a
plazos. Así podemos resumir los orígenes de todo nuestro estrés.
Y si aún lo analizamos a
mayor profundidad llegaremos a la conclusión de que todo se debe a la falta de
tiempo, porque los recursos económicos proceden del tiempo que invertimos
trabajando. Por tanto, la falta de tiempo es el principal motivo generador de
estrés.
¿Cómo podemos solventar la
falta de tiempo? Comencemos estudiando por qué nos falta tiempo. Una vez que lo
pensemos veremos que el problema es que queremos hacer más cosas de las que
podemos. Y esta es la verdadera causa del estrés.
Como se suele decir, estamos
viviendo por encima de nuestras posibilidades, empujados por las modas, la gran
oferta de caprichos de los que disponemos hoy en día, etc. y siempre motivados
por el marketing en el que se ha convertido la sociedad.
Hemos cambiado la felicidad
por el consumo de bienes innecesarios, pero no es lo mismo. Así podremos tener muchas cosas, pero nos
faltará la principal, y seremos infelices.
La solución, como no puede
ser de otra manera, consiste en liberarnos de esas innecesidades que nos roban
tiempo (muchas horas todos los días), y centrarnos en nuestra misión de vida,
que es la que verdaderamente nos hará felices.
Es decir, tendremos que
aceptar la realidad de nuestra vida, para lo que estamos aquí. Aceptar que los
caprichos no nos harán felices, si no infelices. Que trabajar más horas no nos
hará más felices, si no más infelices, y comprender que la felicidad solo puede proceder de lo más hondo de nosotros y de lo
más lejos del exterior, de nuestro espíritu.
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