Misión de Vida
Todos y todas tenemos una misión en la vida, la cual consiste en prestar un servicio a los demás que, a su misma vez, nos servirá como enseñanza. Porque mediante el desempeño de la misión perfeccionaremos aquellas áreas de nuestra inteligencia emocional que lo necesiten, con lo cual el beneficio es tanto para la Humanidad como para nosotros mismos.
Hay que resaltar este papel instructor de la misión, pues será clave en nuestra vida. De hecho, se puede decir que es el motivo por el que estamos aquí, para aprender esa virtud que necesitamos desarrollar.
La misión no hay que entenderla como una única labor concreta, si no como una pluralidad de labores que apuntan todas en una misma dirección.
Desde que nacemos estamos predispuestos a afrontar nuestra misión, por lo que inconscientemente tendemos a realizarla. Normalmente no nos damos cuenta de ello, hasta que nos paramos a pensar y analizar nuestra vida. En ese momento veremos que siempre hemos estado intentando ejercer nuestra misión.
Por lo general, tardamos bastante tiempo en centrarnos en materializar plenamente nuestra misión, y mientras tanto andamos más o menos perdidos por la vida. Sobretodo en la sociedad actual donde nos vemos obligados a desempeñar una vida impuesta, limitándonos nuestra libertad personal de elección. Durante este periodo no solemos tener una vivencia totalmente satisfactoria, pero cuanto más nos acercamos a nuestra misión más satisfechos y felices estaremos.
Muchas veces, tanto por circunstancias personales como del entorno, nos distanciamos de nuestra misión. Las obligaciones impuestas por la sociedad y por la familia pueden impedirnos realizarla. Esto nos genera infelicidad, la cual se manifiesta de múltiples maneras en nuestra vida: frustración, ansiedad, depresión... Y todo tipo de problemas.
Por el contrario, cuando desarrollamos plenamente nuestra misión todo en la vida se vuelve positivo: sentimos felicidad, realización, paz... Y además no nos faltarán los recursos para vivir, siendo esto algo muy a tener en cuenta y muy cierto, aunque a priori nos pueda parecer una ilusión.
Cada persona está diseñada para ejercer su misión, por lo que será muy eficiente en ese campo, pero a la vez será poco eficiente en otros campos diferentes. Por ello la importancia de dedicar la vida al desempeño de nuestra misión, porque de esa manera obtendremos el mejor fruto en todos los aspectos.
Cuando una gota de agua cae, puede hacerlo en cualquier lugar, pero este agua poco a poco irá encauzándose para encontrar el camino hacia el mar. A veces ocurre fácilmente, por ejemplo si la gota cae en un río, pero lo normal es que caiga en un lugar recóndito, lejos de cauces de agua, y le cueste mucho tiempo llegar a un río. Incluso en muchos casos deberá atravesar las oscuridades del interior de la tierra, o quedarse estancada en pantanos malolientes durante largos periodos de tiempo, pero al final siempre llegará al mar, sea como sea.
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